En la oscuridad, cualquier objeto parece un monstruo o algo sobrenatural. A las cortinas se les confunde con fantasmas que buscan venganza; los muebles son enormes osos come hombres, que esperan con ansia a su presa; el florero de centro es una especie de duende rabioso, dispuesto a morder a lo que se le pase por enfrente; las sandalias son enormes sanguijuelas, sedientas de sangre fresca; la puerta al final del pasillo se transforma en un portal hacia el infierno. Sin duda no me gusta ir al baño en la madrugada.
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