miércoles, 1 de agosto de 2012

De vuelta en casa


Recuerdo el día que dejé mi blog, parece que hubieran sido unos cuantos minutos dolorosos; fue bastante tormentoso; no tenía idea de en dónde escribiría la sarta de cosas que suelo venir a publicar aquí. Estaba agotado en cuanto a bolígrafos, no tenía una sola hoja blanca, al menos un cuaderno con hojas útiles, nada en absoluto. Durante ese tiempo hice varias cosas. Visité al dentista. Planté un naranjo; espero que dé frutas. Tiene nueve años y mide treinta centímetros; era un especie de árbol enano. Parece que gracias a su avanzada edad se está adaptando rápidamente a vivir fuera de una maceta; está creciendo apresuradamente, más de lo normal. Es probable que proporcione las mejores naranjas del mundo, no lo dudo. Me haré un jugo, ¡El Jugo! Quebré un vaso; el silencio que invadía el lugar fue perturbado; volaron polillas y cubrieron el foco. Hay vasos que aparecen en la habitación, vasos que no vienen de ningún lado. Son errores que el universo no se molesta en corregir. No sé cómo han llegado ahí; ni siquiera figuran en el inventario de mi madre. En ese tiempo adquirí un gusto por los chiles en vinagre. Antes los aborrecía, pero ahora no puedo evitar hacerme un sándwich sin ponerle tres o cuatro rebanadas. Pensaba que picaban, pero creo que incluso el miguelito es más picoso que eso. Pasaba cerca de la cama y se me ocurrió asomarme para divisar un monstruo, pero no había nada; como ya he dicho, no creo que habiten debajo de las camas; es un lugar muy incómodo para vivir. Deben venir de otro universo, la parte baja de la cama servirá solo como un portal. Ha llovido durante estos días, creo que invoqué a las tormentas de alguna forma, quizá deba continuar escribiendo sobre su inclinación bromista. Tal vez lo han tomado como una queja y han mandado al técnico a reparar la máquina de tormentas. Qué sé yo. Encontré un «refrán» que decía así: «el que busca puede estar malgastando valioso tiempo que pudo ser aprovechado en las cosas que aún no había perdido». Imagino que no aplica para personas que han perdido la vida. En fin, creo que he regresado al blog. Regresé a «casa».

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