domingo, 29 de septiembre de 2013

Ella, la niña


Eres un ser inolvidable. En el transcurso de la vida uno conoce una buena cantidad de personas de las cuales muy pocas pasan a ser realmente importantes en nuestra historia, algunas incluso llegan a  estorbar y otras solo pasan pisoteando y dejando manchas en el mantel, en el suelo, en la pared, en los muebles de nuestro espíritu, porque el espíritu es como una casa. Pero tú no, tú causas un sentimiento de tranquilidad, de felicidad, de añoranza, cualquiera que te conozca seguramente llegará a quererte después de intercambiar una mínima cantidad de palabras contigo. Eres esa visita que quieres que se quede más tiempo; que se quede un mes, un año, un siglo. Tienes alma de helecho, vas ahí por la vida liberando esporas que viajan libres en el viento, dejando marca en las personas que conoces; esa espora que crecerá en un bonito helecho, ahí, justo al lado del corazón: una huella inolvidable. No eres de aquellas personas inolvidables  a la mala, esas que hacen algo por lo que las aborreces toda la vida, no, tú eres aquellos sentimientos que uno quiere que nunca pasen, que se queden ahí para siempre. Nunca te olvidaré, has dejado tu espora en mí, y a pesar de que dejemos de tener contacto, a pesar de que la situación se torne caótica, a pesar de la distancia, siempre nos quedará el mar, ese punto de reunión de todos aquellos que huyen más allá de los arbustos de la carretera; más allá de las ventanas; más allá de la pequeña montaña del vecindario. Ahí donde aquellos que buscaban el horizonte han desistido para quedarse a vivir en la playa.

viernes, 27 de septiembre de 2013

martes, 24 de septiembre de 2013

Deberías dormir



Deberías ir a dormir, no sé qué haces despierto a esta hora, es tarde y mañana tienes que ir a la escuela, recuerda que ahora vas de mañana. No es muy sano que solo duermas escasas cuatro horas, esto tiene que pasarte factura de alguna forma poco agradable. Estás llevando tu resistencia al límite, dices que no tienes sueño pero todo el día tus ojos luchan por cerrarse, la cama te llama e intenta seducirte para que te recuestes en ella, Morfeo quiere ser tu amigo. Las lágrimas brotan, tu alma grita desesperada, tu espíritu corre en círculos, estás a punto del colapso, pero prefieres seguir despierto. ¿Por qué lo haces? No imagino a dónde pretendes llegar con esta locura. Duérmete pedazo de imbécil, que el día en que quieras tomar una buena siesta no habrá tiempo ni de coger una almohada.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Al diablo con el vecino (2)



Antes de comenzar esta entrada, que tiene la única finalidad de quejarme de mi vecino, lea esta otra por si no se enteró: Al diablo con el vecino.

Después de lo que sucedió en aquella ocasión, las cosas habían marchado con tranquilidad, parecía que la fiebre por Led Zeppelin había desaparecido de la mente de aquel ser extraño, y ahora yo podría volver a escucharlos cómodamente, la opinión de dicho sujeto me importaba poco o nada. Pero vamos, la situación no pudo haber mejorado así, de la nada, sin motivos, las cosas no se podían solucionar así tan fácil, no, la tranquilidad no me sería devuelta tan fácil, todo era una simple ilusión, una que tenía ganas de quedarse y que al final se terminó yendo al demonio. Hace un par de semanas, mientras lavaba un vaso, escuché a lo lejos a Pink Floyd, ¡no puede ser! ¿Ahora escucha Pink Floyd? ¿Cómo ha ocurrido eso? ¿Acaso está intentando molestarme? No me molesta que otras personas escuchen la misma música que yo, incluso me emociona encontrar a otros que gusten de las cosas que me agradan. Pero este sujeto no, ¿cómo es posible?, si antes escuchaba  alguna especie de metal o cosa parecida. No lo merece, no puede estar escuchando a Pink Floyd. Ya sé cómo es que ha ocurrido tan incómoda coincidencia. A este sujeto se le dio por aprender a tocar guitarra, y seguramente  estuvo empapándose de "conocimientos musicales" y buscó algún top de "mejores solos de guitarra", imagino que por eso es que ahora le ha nacido el gusto por Stairway to Heaven o Comfortably Numb, maldito subnormal. Seguramente jamás puso atención cuando yo escuchaba Animals o Dark side. Si ahora se me da la gana escucharlos probablemente crea que yo lo estoy imitando, que me he copiado, que soy un idiota que no tiene gustos propios. Este sujeto ha aniquilado mis ganas de escuchar música a alto volumen, ahora solo me queda esconderme en los audífonos, y probablemente siga así, no quiero que ahora coja el gusto por alguna otra banda que a mí me agrada, no quiero que un día de estos esté escuchando a The Smiths. Tus fechorías han llegado a su fin, desagradable vecino.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Estoy considerando el retiro


Otro año sin hacer nada provechoso. No he realizado nada de lo que me sienta orgulloso. Me la he pasado jugando videojuegos y he conocido a sujetos con los que jamás me hubiera relacionado, y que resultaron ser grandes personas. Adquirí grandes habilidades con la práctica. Mis amigos los españoles son tremendamente buenos jugando, ¡joder tío, son la ostia! Nadie nos gana una. Ahora entiendo por qué mi madre jamás accedió a comprarme una consola de videojuegos cuando niño, probablemente nunca habría terminado la escuela. Ahora mismo estaría vagando por las calles pidiendo limosna o fumando un cigarrillo en las calles de alguna ciudad peligrosa. Creo que ya he desquitado todas aquellas ganas reprimidas de tener una consola, pronto dejaré este vicio, pero mientras se desvanece la euforia, seguiré aprovechando el momento, pues mis vicios son pasajeros. Nunca me he quedado enganchado a algo más de un año. No hay que aferrarse, o sí, yo qué sé.