domingo, 21 de abril de 2013

Otra vez los brazos

Nuevamente me duelen los brazos. Quizás por nadar demasiado o alguna razón ajena a la natación. Lo que sea, al final, no evitará que me sigan doliendo. Es un dolor molesto que no deja estar tranquilo; uno cae en la desesperación por no saber que hacer para remediarlo. Los malos días abundan y se multiplican como plaga. Al principio se cuelan por la casa en alguna bolsa de frituras y cuando uno menos lo espera se han convertido en un problema de proporciones mastodónticas. Ni siquiera el mejor aniquilador de plagas puede con ellos. La naturaleza misma los ha expulsado del reino animal por tal aberración que representan. Y el dolor de brazos seguirá ahí, calándome durante un buen tiempo; al menos hasta que despierte. El dormir soluciona el dolor de muchas formas.

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