Siempre que viajo en autobús me acuerdo de ti. Me invade una sensación de añoranza; ganas de saltar por la ventanilla, cruzar a través de los arbustos y saber que siempre encontraré el mar; porque uno siempre va a encontrar el mar, aunque algunas veces tendrá que caminar más que otras.

Y no explicaste por qué alma de helecho. Me muerdo la incertidumbre y escupo conejitos a causa de ello.
ResponderEliminar