viernes, 8 de marzo de 2013

En el mismo asiento


Una mujer hermosa aborda el autobús. Se dispone a contemplar el espectáculo que suponen las calles y su misticismo. Pasan algunos minutos. Ahora sube una mujer de belleza singular, mira hacia todos lados en busca de un asiento vacío y decide sentarse junto a la mujer hermosa. Una mujer hermosa comparte el asiento del autobús con una mujer bellísima. Un evento inédito. El vehículo comienza a tambalearse y el cielo se nubla un poco. Después de algunos instantes el autobús empieza a desintegrarse y esparcirse, como arena en el viento; algunos pasajeros salen disparados por la ventanilla y otros cuantos quedan congelados. Incluso a algunos les explotan los oídos. El transporte está hecho polvo. Las féminas se saludan con un hola domesticado y el mundo se despedaza, como si estuviese dentro de una licuadora universal.

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