lunes, 22 de diciembre de 2014

Nací



Nací cuando se daba la onceava campanada. Veintisiete de los 30 pilares que sostenían el universo habían sido derribados. Las situación no pintaba bien. Quedaba un sujeto que aún se resistía a la catástrofe, se caracterizaba por tener el alma helada. Yo intentaba abrir los ojos y observar cómo los restos de millones de estrellas caían frente a mí, como copos de nieve cósmica. Aprendí cómo cultivar abrazos y conocí a un anciano que gustaba de oler las flores matutinas.

lunes, 28 de abril de 2014

Vacaciones infinitas


Cuando era pequeño sentía que las vacaciones duraban lo que un parpadeo. A los niños les falta tiempo y les sobran ideas y energía, al menos al pequeño común. Dos semanas o incluso un mes no eran nada. Bah. El verano se iba tan rápido como llegaba. Siempre soñé con que algún día tendría tantas vacaciones como quisiera, llegaría el día en que tendría días libres hasta el hartazgo sin tener que morir para conseguirlo. 

Hace ya como un mes y medio ese día tan esperado llegó. Nos avisan que suspenderemos clases y reanudaremos hasta nuevo aviso. No voy a negar que al principio sentí un poco de ilusión y hasta algo parecido a la felicidad. De vez en cuando me alegro por no tener clases. Mi sueño de pequeño parecía tomar forma, pero luego eso se transformó en preocupación y ahora ya es una especie de criatura rabiosa que tira a morder si uno se le acerca.

Antes de aquel anuncio siquiera llevábamos cumplido un mes de regresar del periodo anterior. Demasiadas vacaciones no son buenas, uno pierde ritmo, la mente se acostumbra a dormir a la hora que sea, eso afecta a la larga. Uno olvida la tortura que supone hacer tarea y pierde práctica. Cuando regrese a clases es probable que sufriré como no tienen idea. Estoy frío. Ya no recuerdo el nombre de los profesores ni las materias. He llevado a la holgazanería y a la procrastinación a niveles estratosféricos. Esto ya no es sano de ninguna manera. 

domingo, 23 de marzo de 2014

Nos vemos, camarada


Debo decir que siempre le tuve cariño a mi blog a pesar de ser deficiente y raquítico. Se merece que me despida como es debido. La razón por la que yo venía y escribía aquí era porque era leído por un pequeño grupo de dos o tres personas ocasionales. La mayoría de personas llegaron de paso o por accidente. Agradeceré a las personas de Alemania que eran lectores asiduos. Pero esto ya no va más. Este lugar fue descubierto por una persona que no debía. Se terminó, hasta aquí ha llegado mi contribución al basurero que ronda por la internet. Nos vemos, camarada.