—¿Has visto a la chica que estaba allí hace un rato?
—Sí.
—Era hermosa. Jamás había visto a una mujer tan bella.
—Estoy de acuerdo contigo.
—¿La conoces?
—Se llama Wendy. Pero no le va, hubiera preferido que llevara otro nombre.
—¿Entonces la conoces?
—No.
—¿Qué diablos? ¿Por qué dices que se llama Wendy?
—No sé. Estoy seguro de que así es.
—Pero si tú no... Ah, como sea, quiero verla una vez más.
—Yo también, pero solo eso, verla. Parece ser el tipo de personas con las que deseas no convivir jamás para no estropearlo. Al final uno termina decepcionándose en la mayoría de los casos. Es mejor mantener la distancia, quedarse en casa a hacer dibujillos en una libreta que al final terminará en la basura y serán árboles que han dado su vida en vano. La tragedia se encuentra impresa en cada acción que uno realiza aunque a veces ni nos demos cuenta.