Anda a dormir. Nadie está despierto en estos días. Todos descansan en sus camas, cubiertos con suaves sábanas de algodón. El mundo gira un poco lento y todos sueñan; algunos navegan barcos y otros cuentan billetes. Los sueños son distintos y nadie está de acuerdo. No hay que preocuparse por el tiempo, sino por el reloj.